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La construcción con adobe y la necesidad de un debate serio

Dr. Arq. Jorge Tomasi *

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La Vene Vistalba

En las últimas semanas se han publicado una serie de artículos en el diario “Los Andes” relacionados con el riesgo que implica la construcción con adobe en zonas símicas, a partir de los debates surgidos a partir de la presentación de un proyecto de reglamentación que se ha generado en el Municipio de Luján de Cuyo.

A partir del contenido de estos artículos, es que me interesa sumar algunas consideraciones que tal vez puedan aportar a las discusiones,
tratando de evitar expresiones peyorativas o prejuiciosas, como las que se suelen utilizar para referirse al adobe, que no hacen más que enturbiar los intercambios. La cuestión aquí no es si el adobe es más o menos antiguo, o si es una expresión del atraso, más bien se trata de avanzar en la evaluación de su pertinencia para la producción del hábitat contemporáneo en zonas con elevado riesgo sísmico y el desarrollo de normativas al respecto.

Desde la Pontificia Universidad Católica del Perú se iniciaron las investigaciones sistemáticas al respecto de la capacidad sismorresistente de la mampostería de adobe en la década de 1970, luego de las catastróficas pérdidas que provocó el sismo de Huaraz.

Numerosos profesionales reconocidos internacionalmente, como los Ing. Vargas Neumann, Blondet y Torrealva, entre otros, se enfocaron en el desarrollo de sistemas de refuerzo de los muros y de vinculación entre estos y las cubiertas, que fueron ensayados en mesa vibratoria con modelos en escala real.

Estos sistemas de refuerzo, sea con cañas, geomallas o sogas, no solo han dado respuestas eficientes sino que además tienen la virtud de una aplicación sencilla, de bajo costo y con materiales compatibles. En base a estas investigaciones se desarrolló la Norma Técnica
E.080, que tuvo su última revisión en el año 2017. Esta norma es un antecedente ineludible para nuestro país y negar su aporte nos sumerge en un profundo oscurantismo que sí es testimonio de atraso.

Más bien se debería analizar sus resultados, ensayar los modelos propuestos, aportar mejoras o generar nuevos sistemas de refuerzo que sean más convenientes.

Tal como se indica, la norma desarrollada en Chile (NCh 3332) se orienta exclusivamente a la intervención en edificios históricos, las de Nueva Zelanda (NZS 4297-8) no consideran la vivienda social y las de Alemania (DIN 18945-7) no se enfocan particularmente en el riesgo
sísmico, y así podríamos recorrer las decenas de normas técnicas generadas en las últimas décadas. La cuestión es que Argentina no tiene norma alguna, ni para edificios históricos, ni para viviendas, ni tampoco para zonas con reducida peligrosidad sísmica. En este marco, la
falta de reglamentación se constituye como un problema en sí mismo que pretende esconder una práctica constructiva que no puede explicarse por una “visión new age” o por el subdesarrollo de la población.

Se afirma que construir una casa de adobe sin tener los conocimientos necesarios es equiparable a cruzar una autopista con los ojos vendados. Estoy de acuerdo con este planteo, pero le haría una pequeña modificación: construir una casa con cualquier tipo de material sin tener los conocimientos necesarios es como cruzar una autopista. ¿O acaso no abundan los testimonios de pésimos y riesgosos usos del hormigón armado? El problema no es el adobe, sino la falta de formación para el buen uso de los materiales, y nuevamente la falta de normas contribuye al desconocimiento y favorece las malas prácticas.

En efecto, los/as profesionales de la construcción, en un porcentaje muy importante, no cuentan con los conocimientos necesarios para trabajar con tecnologías como la del adobe, y es un desafío a afrontar. Probablemente sea necesario generar espacios de formación como
especializaciones o maestrías que tal vez deban ser obligatorias para habilitar a un/a profesional para el uso de estas técnicas. Al menos hasta que se corrija un error histórico, y se incluyan estas tecnologías dentro de las carreras de grado y la educación técnica.

Un camino a seguir, probablemente no sencillo pero con seguridad factible, sería que los organismos responsables en la materia convoquen la formación de un grupo de trabajo que integre a los actores representativos de la sociedad, considerando a los colegios profesionales y los organismos e instituciones del sistema científico-tecnológico para el desarrollo de una norma técnica de aplicación nacional, que considere la diversas condiciones específicas que se presentan en el territorio. Como punto de partida, analizar los cuerpos normativos generados en distintos países, incluyendo la referida NT E.080, ensayando en forma rigurosa sus propuestas, evaluando su aplicabilidad en el contexto local y desarrollando soluciones novedosas que permitan que las construcciones de adobe sean seguras y saludables en nuestra realidad.

En definitiva, el comportamiento de los materiales no es una cuestión de opiniones o creencias, sino de estudios y ensayos. ¿Es mucho pedir?

*Investigador de CONICET, Tilcara, Jujuy. Miembro de Protierra y Proterra

 


2 Comments

  • Jorge Beresiarte

    Excelente artículo y propuesta de capacitación en la construcción con adobe. Es necesario plantear desde la formación profesional, la temática de esta técnica de construcción y sus debidas reglamentaciones, para que sea una alternativa viable para quienes elijan construir sus sueños de tener su vivienda propia, revalorizando técnicas tan ancestrales como factibles de generación de hábitat. Muchas gracias Arq. Jorge Tomasi!!! Abrazo enorme Arq. Jorge Beresiarte

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