Aaineé te invita a una nueva lectura. En esta oportunidad, te acerca otro pasaje de la vida de Felicitas Guerrero y de cómo se gestó «Perdón por ser virtuosa», la saga literaria en su honor.
«La costumbre vieja», pintura de Bernabé Demaría.
Como cada jueves, hoy llega una nueva «Historia con Aaineé». Para ponerlos en contexto, hasta abril de 2005, de la vida de Felicitas Guerrero, solo se hablaba en publicaciones y en escasos blogs que, a mi juicio, eran puro chisme.
Por lo tanto, debía buscar mi propia versión. Con mi experiencia docente, solo basada en carreras técnicas, para imbuirme en el Buenos Aires colonial, tenía que estudiar: comencé a investigar en libros de historia, ganadería, ciencias sociales, geografía y de usos y costumbres del siglo XIX.
De pronto, las ideas, la trama, los posibles títulos comenzaron a surgir en mi mente: no podía dormir…
Un antes y un después
Recordando algunos libros que utilicé para ambientarme en el Buenos Aires de antaño.
Inesperadamente, tuve una señal: una compañera de trabajo llamada Blanquita, experta profesional en comunicación oral y escrita, me sugirió: “Alejandra, comienza a escribir, la musa te visita solo una vez”.
Dudas y más dudas
Sin embargo, cabe aclarar que, como no soy ni historiadora, ni periodista, ni profesora de literatura, me pregunté: ¿Cómo escribir, sin saber escribir? No me importó, el fuego de Aries y la vehemencia de Plutón me invadió desde lo más profundo.
Me senté frente a mi vieja computadora -que no tenía ni mouse- con la única compañía de mis perros: un esbelto pointer llamado Jack y su inseparable compañero salchicha, Gigio; mis mejores amigos, testigos silenciosos de que algo grande se avecinaba…
Gigio y Jack, en mi cielo, mis perros y adorados amigos.
Lo primero que me surgió fue crear un eje central de tiempos: para ir describiendo en paralelo la vida de mis personajes entrelazada con lo que iba ocurriendo en la Argentina a partir de 1845 (por cierto, época muy convulsionada en nuestro país).
Pero, las tareas hogareñas, mi trabajo en la docencia, mi propia inquietud interior, me impedía encontrar la concentración necesaria en mi hogar.
Le pedí a mi madre que cuidara a mis perros y me recluí en una casa en Potrerillos: debía alejarme para clarificar las ideas.
Escape hacia la creación
Río Mendoza, Luján de Cuyo, un lugar inspirador.
Durante el sinuoso recorrido que me condujo hacia un lugar maravilloso en alta montaña, se me ocurrieron los posibles títulos para mi libro, que los escribí en el dorso de la patente de mi auto. Eran:
Felicitas entre el cielo y la tierra
Perdón por ser virtuosa
Renacida del agua y del fuego
Sol blanco, sol rojo
Las montañas azules me cobijaron
Al llegar quedé maravillada: la casa era preciosa: grande, de estilo alpino en el medio de un jardín verde y soleado. Me recibió el característico viento zonda mendocino, un mediodía de mayo.
Tras instalarme y comenzar a escribir en papel (había dejado la computadora en casa) el mundo de las ideas se abrió y, de este mágico modo, las primeras escenas emergieron:
Buenos Aires macabro
Tertulia en Mariquita Sáenz
Nace Felicitas Guerrero
No obstante, con la nieve llegando hasta la puerta del comedor, las terminé de escribir…
Claro -por estar en otro mundo- no me había dado cuenta del paso del tiempo y del cambio climático: el viento zonda se había ido y llegaba el gélido invierno.
A pesar que la inspiración había llegado, tuve que poner pausa en mi mente: debía regresar a mi hogar en Luján de Cuyo.
Sin embargo, los personajes continuaban hablándome…
No podía hacerlos interactuar como marionetas de la época: eran mujeres y hombres de carne y hueso. Los hechos que habían vivido fueron tan graves y relevantes que, ¿Cómo iba a construir sus perfiles -desde lo sicológico, la personalidad, las emociones y tantos aspectos del ser- como para respaldar mi trama y unirla a lo que ellos experimentaron en el Buenos Aires colonial?
Soy Aaineé, escritora, docente, instructora de yoga, lectora de registros akáshicos e intérprete oracular (I-Ching y runas). Autora de la saga literaria en cinco tomos «Perdón por ser virtuosa, la vida de Felicitas Guerrero».
Elegí el seudónimo Aaineé en honor a una de las diosas de la mitología celta, reina de las hadas, relacionada con la inspiración. Significa: resplandor en galénico.
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Próxima entrega, el jueves 3 de julio:
Mi primera aventura en Buenos Aires
Aainee: Escribes de una manera que uno se queda con ganas de más!!!
Me hago la idea que los libros de la vida de Felicitas no sólo nos mostrará su historia sino también el contexto de aquellos años. Qué obra interesante!!!!
Ya tengo el 1er tomo, apenas lo lea, te contacto para los siguientes. Beso grande!
Gracias mi querida Gilda!!! que bueno leerte! Sus comentarios son los que me alientan a continuar, bendiciones!!