Sentir alegría, vergüenza, enojo, tristeza, miedo y sorpresa son parte de la vida. Las emociones son necesarias como parte del proceso de aprendizaje y por ello se las puede aprender a gestionar con «Educación Emocional».
Más de una vez te encontraste en un momento de enojo que luego consideraste exagerado e incluso, innecesario. O quisiste expresar tu alegría y algo te bloqueó para expresarte de manera auténtica. Actualmente, nos expresan por distintos medios que es posible reaprender a gestionar el miedo, la tristeza o la frustración, pero ¿cómo empezar?
El camino para tomar consciencia es aprender, yendo más allá del conocimiento, ya que es posible acumular conocimientos de muchos temas, los que si no son aprendidos, aprehendidos, integrados y trabajados, quedan sólo en el mero conocimiento.
En nuestro cuerpo físico impactan nuestras emociones, pensamientos, sentimientos, siendo relevante hacer consciente lo que está oculto en el subconsciente y en el inconsciente. Más de una vez, has experimentado dolor de cabeza, luego de una rabieta, o dolor de panza, ante un sentimiento de impotencia.
Lógicamente ha sido así, porque a nuestro cuerpo físico podemos percibirlo con los cinco sentidos, al estar formado por materia densa. Sin embargo, no somos sólo este cuerpo, ya que hay más, se trata de los cuerpos o campos emocional, mental, espiritual y físico.
La docente Gabriela Bucolo de la Escuela de Educación Emocional, sostiene que «nos educaron atendiendo a nuestro cuerpo, este con el que nacimos y nos movemos, pero disociado de los otros cuerpos, de los que ni siquiera tenemos conciencia».
Gabriela Bucolo explicó que su método se fundamenta en enseñar en base a cuatro pilares fundamentales teniendo en cuenta que somos un entramado energético tan complejo como perfecto, y que somos un todo armónico. Ésto significa reconocer que somos un todo integrado, por lo que es necesario equilibrar esas energías.
«Los pilares de la Educación Emocional se basan en los cuatro cuerpos, que poseen su propio nivel energético, con su correspondiente campo Emocional, Mental, Espiritual y Físico«, amplió Gabriela Bucolo.
Reaprender y aprender
La persona que toma consciencia, se plantea un reaprendizaje para conectar con los campos sutiles, esos que no se ven con el campo Emocional. Es reaprender a gestionar emociones guardadas por años en el subconsciente, con el campo Mental, entendiendo cómo funciona nuestra mente.
Un primer paso es adquirir la capacidad de aprovechar la mente al máximo como una gran aliada, y no como esa autogeneradora de pensamientos incontrolables. De éste modo, se podrá establecer vinculación con el campo Espiritual, elevando la conciencia hacia algo Superior (pudiendo ser Dios, el Universo o la Energía), según cómo cada persona tome como referencia.
Dos baúles
Metafóricamente, cada persona tiene dos baúles, uno lleno y otro vacío. El baúl lleno trae todo lo oculto en el inconsciente y en el subconsciente. Son todas las afirmaciones que nos decimos a diario sobre el mundo y nosotros mismos. Mientras que el baúl vacío, es donde se irán guardando las herramientas de los nuevos aprendizajes. Allí, la persona podrá recurrir para su nuevo entrenamiento para la vida que deseen manifestar.
Gabriela Búcolo pone énfasis también en este aspecto, como guía y facilitadora del aprendizaje, y sostienen que en realidad, la verdadera maestría está en cada uno, al ayudar a cada persona a redescubrirse y poner en práctica su nueva vida al cabo de nueve meses de educación.
«Es menester darse la bienvenida al encuentro con el Ser más importante que existe, el que es uno mismo», concluyó Gabriela Bucolo.