El Gobierno adjudicó el control del perilago de Potrerillos. Una empresa ligada al grupo CEOSA, que ya tenía el hotel, es una de la beneficiadas, junto con un conocido estudio de arquitectos. Las carencias del lugar y la señal de abandono de una industria clave para Mendoza.
Cacheuta y Potrerillos, la joya turística de Luján de Cuyo y de Mendoza, tendrán avances en los próximos 50 años. La zona es frecuentada por locales y turistas, aunque carece de la infraestructura adecuada para posicionarse como lugar turístico más allá de su encanto natural.
Ahora la zona del Perilago del dique Potrerillos con costa sobre Luján de Cuyo y Las Heras, tendrá un nuevo “dueño” o gestor: el Gobierno adjudicó el desarrollo de un polo turístico en la zona a dos empresas para el desarrollo del proyecto y la ejecución del plan y la concesión.
Las dos sociedades que tendrán por hasta 50 años a cargo el área, refiere el periodista Pablo Icardi para MDZ.
Se trata de Mendo Travel, firma ligada al grupo CEOSA, del empresario Fernando Porreta. De hecho esa misma empresa es la que tiene a su cargo otra concesión: el hotel Potrerillos, que también es estatal y está concesionado.
La otra empresa es Potrerillos Resort SA, que tiene entre sus integrantes a un conocido estudio de arquitectura especializado en ese tipo de emprendimientos, liderado por el arquitecto Walter Morbidoni, titular de un estudio especializado en la industria hotelera y turística.
El concurso es uno de los más trascendentes de los que ha ejecutado Rodolfo Suarez como gobernador y también vuelve a intentar definir un plan para Potrerillos, justo dos décadas después de su inauguración oficial.
Si bien el Gobierno no informó detalles de la adjudicación, así, por ejemplo, en el concurso está establecido que la empresa debe pagar un canon al Estado por la explotación. Sí se informó que la promesa de inversión es por 30 millones de dólares y que existe la obligación de permitir el acceso libre al dique.
Un lugar estratégico
Potrerillos es una obra clave para Mendoza, aunque el plan está incompleto. El dique, que tiene una capacidad de algo más de 400 hm3 que está reducida por sedimentos, fue inaugurado en 2001; completó su llenado varios años después y en realidad había sido planificado décadas antes como parte de un sistema de regulación del río Mendoza que aún está incompleto.
Su misión principal es “ahorrar” agua para las estaciones secas, generar energía (está concesionado a CEMPPSA), y también un polo turístico, misión que se da “de hecho” y sin servicios.
Lo único que se completó del plan original fue el camino del perilago y el túnel para unirlo nuevamente con Cacheuta (todo financiado por el BID).
Casi no hay sitios seguros, tampoco existen servicios y solo un par de lugares habilitados como embarcaderos.
El Gobierno ahora adjudicó el plan completo para el aprovechamiento integral del Perilago, que incluye “el diseño, la ejecución de obras, el emplazamiento, el mantenimiento, la operación, la administración y/o la explotación del proyecto” en los terrenos colindantes el espejo de agua.
La empresa Mendo Tur es una de las beneficiadas. Esa firma no es ajena al lugar, pues ya tiene a su cargo el Hotel Potrerillos. Mendo Travel es una de las integrantes de Inversora Potrerillos SA; la empresa creada para participar con otro socio del negocio del hotel estatal concesionado. En 2011 CEOSA y Nell Joy Industries Mendoza S.A. se quedaron con la concesión y tenían el 50% de la participación en la concesión del Hotel Potrerillos, por 20 años.
En 2018 CEOSA se quedó con el total del paquete accionario de ese negocio. Ahora el perilago tendrá un “nuevo gobierno”, a través de dos empresas privadas. El otro adjudicatario es la empresa Potrerillos Resort; firma creada para el concurso el año pasado.
El Gobierno aún no informa algunos detalles del contrato, como el canon que deberán pagar los adjudicatarios por la explotación de la zona (era uno de los ítems del concurso).
El desarrollo del perilago de Potrerillos es complejo. Tiene dos grandes zonas: la margen sur, en Luján (con más desarrollo y acceso a infraestructura) y la norte, de Las Heras (más rústica y con menos acceso). Pero, además, hay microzonificaciones donde se permiten algunos desarrollos y se prohíben otros según el tipo de terreno (la fluctuación de la cota del embalse condiciona mucho) y las otras actividades prioritarias.
Fuente: MDZ
