Investigadores de todo el mundo advierten que la pérdida de cobertura de hielo entre el paralelo 60 y el paralelo 70 de latitud sur podría acabar con un gran número de las colonias del pingüino de mayor tamaño de todos.
El aumento de temperaturas causado por el cambio climático derrite el pack marino o mar congelado, superficie sobre la cual el pingüino emperador desarrolla las etapas más importantes de su ciclo vital, lo que podría llevar a la virtual desaparición de esa especie que es considerada uno de los depredadores tope de ese continente.
Investigadores del Instituto Antártico Argentino (IAA) monitorean todos los años las colonias de pingüinos en la Antártida. Lo hacen a través del conteo de la cantidad de adultos que forman las colonias reproductivas. Este parámetro poblacional es de importancia ya que muestra el tamaño de las colonias y cómo varía año a año.
Marcela Libertelli, licenciada en ciencias biológicas y jefa del Departamento de Biología de Predadores Tope del IAA, afirmó que, «en lo que respecta al estudio de aves en la Antártida, además de monitorear al pingüino emperador también estudiamos a los pingüinos del género Pygoscelis, que son el Adelia, el Barbijo y el Papúa. Son más pequeños pero más numerosos, y también aves voladores como petreles gigantes, petreles de las tormentas o cormoranes entre otros».
Libertelli sostuvo que «los depredadores tope de la Antártida, tanto aves como mamíferos, nos dan una referencia del stock poblacional de los recursos vivos marinos antárticos, como conocer de su disponibilidad y la ubicación de los stocks».
Y agregó: «Tener información de las principales poblaciones de presas como el krill y algunas especies de peces es muy importante para conocer el estado de las poblaciones clave que forman parte de la red trófica antártica».
«El derretimiento de los hielos antárticos también afecta a los mamíferos marinos, las focas cuando van a parir cavan un hoyo en el hielo para la cría, pero si este hielo es muy delgado corren el riesgo de que el cachorro caiga al agua y se ahogue», mencionó.
Argentina es uno de los países que más trabaja en el monitoreo de estas especies y en cómo las afecta el cambio climático al igual que otros países como Francia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Inglaterra, Australia y España entre otros.