La carposapsa afecta los frutales de los oasis de Mendoza y los expertos en agricultura alertan sobre el control de la plaga. Conocé la fecha en Luján de Cuyo y las recomendaciones óptimas.
El control de la carposapsa recibió el primer alerta del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen). Se trata de una temida plaga en los cultivos de frutales de pepita, en los oasis Norte, Este, Sur y Valle de Uco.
Los productores de frutales en estos oasis deben estar al tanto de las fechas de finalización para cada región y los tiempos de floración en sus montes frutales.
- Para los departamentos de Lavalle, Junín, Santa Rosa, La Paz, Rivadavia, San Martín, Las Heras, Guaymallén, Maipú, Luján y General Alvear, se ha dado luz verde para comenzar las acciones de control y finalizar hacia el 24 de octubre.
- En San Rafael, la fecha de inicio de las aplicaciones es a principios de octubre, y deben finalizarse hacia el 26 de octubre.
- En Tunuyán, Tupungato y San Carlos, los tratamientos de control se extienden hasta el 28 de octubre.
Es fundamental destacar que si los montes frutales aún se encuentran en fase de floración, es vital esperar hasta que se produzca el cuajado de los frutos antes de realizar la aplicación de insecticidas.
Cómo realizar tratamientos
Hacia la importancia de un enfoque responsable hacia la agricultura sostenible y para garantizar el éxito de los tratamientos contra la carposapsa, se recomienda encarecidamente:
- consultar el pronóstico del tiempo,
- utilizar equipo de protección al aplicar agroquímicos y
- seleccionar productos específicos de bajo impacto ambiental.
El sistema de alertas fitosanitarias implementado por el Iscamen permite una aplicación precisa y oportuna de los tratamientos químicos, teniendo en cuenta el desarrollo de las plagas, la fenología de las plantas y las condiciones agroclimáticas. Esta coordinación estratégica entre agricultores reduce la presión de la plaga en los campos.
Es crucial recordar que las fechas indicadas en estas alertas fitosanitarias se pueden ajustar según las particularidades de cada cultivo y el tipo de insecticida utilizado, lo que se conoce como «control dirigido». Esta adaptación individualizada a las condiciones de cada finca es fundamental para una protección efectiva de los cultivos y demuestra un compromiso con la gestión inteligente de plagas agrícolas.
