La actividad lingüística es muy compleja, y se encuentra asociada con las demás funciones psíquicas del ser humano que constituyen un aspecto fundamental dentro de la interrelación social y uno de los tópicos más importantes es la adecuada articulación de los fonemas, donde para lograrlo se hace necesario una integridad anatomofuncional de los órganos fonoarticuladores.
por Licenciada Gabriela Bucca, en Temple Centro Médico, Vistalba
La dislalia es un trastorno de la articulación de los fonemas. Se trata de una dificultad para pronunciar correctamente ciertos fonemas o grupos de éstos, bien por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos. El lenguaje de un niño dislálico muy afectado puede resultar ininteligible.
La dislalia es un trastorno en la articulación de los fonemas por un mal uso de los órganos articulatorios. La dislalia infantil, la mala pronunciación de los niños, es el trastorno del lenguaje más común en los niños, el más conocido y más fácil de identificar. Suele presentarse entre los tres y los cinco años.
La dislalia infantil evolutiva es la que tiene lugar en la fase de desarrollo del lenguaje infantil, en la que el niño no es capaz de repetir por imitación las palabras que escucha y lo hace de forma incorrecta desde el punto de vista fonético. Tiene varias fases dentro del desarrollo del lenguaje del niño y finalmente termina cuando el niño aprende a pronunciar correctamente todos los fonemas. Este proceso es parte del aprendizaje normal del lenguaje.
Cuando persiste luego de los 5 años es patológico por lo que requiere tratamiento fonoaudiológico. La dislalia no está ligada a una enfermedad del cerebro sino más bien al contexto social en el que el sujeto crece. Se puede hablar de diferentes tipos de dislalia que van desde lo evolutivo, funcional, audiógena hasta lo orgánico.
Cuando el individuo está aprendiendo una segunda lengua el trastorno se hace evidente y puede llegar a ser más perjudicial o por el contrario benefactor de dicha situación, por ejemplo, cuando se está aprendiendo francés, algunas veces al no pronunciar bien la “r” en español, en francés podría llegar a ser benefactor.
Dentro de la dislalia, también pueden abarcar diferentes trastornos del lenguaje o comportamiento como lo son: la dislexia, discalculia, déficit de atención e hiperactividad, los cuales no siempre están asociados a dicha patología.
En el español los fonemas más afectados por la dislalia son «r», «rr», «f», «l», «bl», «kl», «gl», «fl», «pr», «br», «tr», «dr», «kr» y «gr».
La detección de dislalia la pueden hacer los docentes, los papás, el pediatra. Es necesario detectar dicha patología a tiempo para una pronta y adecuada intervención profesional y así prevenir futuras alteraciones sobre todo en la lecto escritura, o según el caso, prevenir alguna malformación de la musculatura orofacial.