Lo dijo monseñor Alberto Bochatey a Canal 7. Además, asegura que Corradi no tenía denuncias en Italia y que eso es «Un mito urbano».
Es un pecado lo que ha ocurrido porque es el único caso en toda la Argentina en que, habiendo denuncias de abuso se cerró la Institución. En Mendoza tuvieron el caso de un médico abusador en el Hospital Notti, y no por eso cerraron el hospital, también han ocurrido abusos en las escuelas y a nadie se le ha ocurrido cerrar las escuelas. Nuestra idea es poder volver a abrirlo».
Esta declaración del obispo de La Plata, Alberto Bochatey, expresa claramente la intención de la Iglesia Católica con respecto al Instituto Próvolo de Mendoza: a pesar de las denuncias de abusos de todo tipo, maltrato y vejaciones a los que fueron sometidos los alumnos hasta el 2016 -fecha en la que estalló el caso en los medios de difusión- lo quieren volver a abrir. Así lo expresó Bochatey durante un informe realizado por la periodista Sofía Fernández para el noticiero de El Siete.
En el mismo orden de polémicas declaraciones y testimonios desgarradores tanto de las víctimas como de sus madres, Bochatey se animó a decir acerca de las denuncias que el cura Nicola Corradi (uno de los principales sindicados como abusador de niñas y niños sordos) tenía en Italia, previas a su traslado a Argentina: «No existieron, nunca las tuvo, hemos presentado los expedientes, los antecedentes penales italianos y de la provincia de Verona, donde se acredita que nunca tuvo ninguna causa penal ni acusaciones ni nada de eso, es un poco un mito urbano que tenía antecedentes en Italia»
Sin embargo, hay información documentada que lo desmiente, tal y como lo afirmó el abogado y asesor legal de la Red de sobrevivientes de casos de abuso eclesiástico, Carlos Lombardi.
Fuente: LaRed