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El Carrizal cumple 50 años y el Gobierno impulsa nuevas presas en Luján de Cuyo

La obra del emblemático dique transformó el desarrollo del Este mendocino. Actualmente, además de Portezuelo del Viento, existen otras presas en cartera, con distintos grados de estudio. 

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El 27 de noviembre de 1971 no pasó inadvertido para los habitantes de Rivadavia y Luján. Ese día, en el distrito El Carrizal, el entonces gobernador Francisco Gabrielli inauguraba el dique cuyo propósito era regular el fluctuante caudal del río Tunuyán y brindar una innovadora solución al problema que plantea la escasez de agua para riego.

La Vene Vistalba

El dique se hizo de tierra y piedra, embalsando un espejo de agua de 15 kilómetros de largo y 4 kilómetros de ancho. Su aprovechamiento es esencial para el riego de una árida región de 110 mil hectáreas productivas ubicadas al Este de la provincia.

La capacidad útil del embalse prevista al momento de la construcción fue de 325 hectómetros cúbicos. Hoy alcanza a 462 hectómetros cúbicos y asegura la sustentabilidad de 20 mil productores, además de potenciar el desarrollo económico que deviene de actividades recreativas y turísticas instaladas en la zona.

Celebramos las grandes obras hidráulicas que se realizaron en la provincia pero también es necesario seguir impulsando nuevas presas que nos permitan no solo tener un ciclo de construcción, que genere empleo, sino también más energía limpia, regulación de caudales y más posibilidades de uso recreativo”, indicó la directora de Hidráulica, Yamila Arnosti.

Según comentó la funcionaria, actualmente, además de Portezuelo del Viento, hay otras presas en estudio y en cartera: “Entre las hidroeléctricas podemos citar El Baqueano y Uspallata y, en cuanto a las aluvionales, que están a cargo de Dirección de Hidráulica, tenemos en análisis las presas Chacras y Alto Agrelo

Energía limpia y fuente de regulación de caudales

Cinco años después de haberse iniciado las obras del dique El Carrizal, el Gobierno provincial extendió el proyecto y, en 1970, comenzó la construcción de la central hidroeléctrica, que finalizó tres años después, y amplió así los propósitos de la presa hacia la generación de energía.

Las presas de embalses nos han permitido almacenar el agua y poder utilizarla de manera eficiente. Desde el punto de vista de generación de energía, el embalse es una reserva que nos permite generar energía en los momentos de demanda, es energía limpia acumulada. Se suma a esto que su principal función es la regulación de caudales provenientes del río, brindado seguridad frente a crecidas a la población instalada aguas abajo”, señaló la funcionaria.

Por esto, Mendoza apuesta a retomar la construcción de presas de embalse, ya que desde 1994 no se construye una nueva central hidroeléctrica en la provincia.

Cabe recordar que, hasta ese momento, la frecuencia de construcción de represas hidroeléctricas era cinco años y esa frecuencia se mantuvo por unos 40 años, hasta que se rompió ese ciclo virtuoso. Justamente, el propósito del Gobierno provincial es que Mendoza vuelva a tener en construcción centrales hidroeléctricas de gran porte.


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