Desde Diario Luján invitamos a los lujaninos a compartir historias y recuerdos sobre Benito Marianetti.
Más allá de los esfuerzos realizados por la familia, personas autoconvocadas y legisladores, la casa donde vivió el intelectual mendocino ya comenzó con las obras de demolición.
Quien hace unos meses comenzó alertando en las redes sociales sobre la posibilidad de la venta de esta casa fue Gustavo Vitale, “Lo hice totalmente a modo personal, por el respeto al patrimonio y la memoria de nuestra provincia”. Gustavo reunió a algunas personas interesadas que se autoconvocaron para buscar alternativas a la venta y posterior demolición de esta casa histórica, ubicada en la calle Perú a metros de calle Espejo.
Quien también colaboró presentando un proyecto para considerar este edificio como patrimonio de la provincia fue la diputada nacional Graciela Cousinet junto con el senador provincial Ernesto Mancinell. Cousinet afirmó que el proyecto proponía que el edificio fuera declarado patrimonio histórico y, por lo tanto, no podía ser demolido. “Esto no quiere decir que no pudiera tener fines comerciales, podía venderse, pero se preservaba y protegía el edificio”. Sin embargo no llegó a tener tratamiento: “Mucha gente se movilizó, hubo un apoyo importante, pero desgraciadamente los intereses económicos fueron más rápidos que nosotros. No pudimos salvar la casa”.
Los descendientes de la familia de Marianetti aseguraron que era muy difícil mantenerla y que, tanto los gobiernos como la sociedad, se olvidaron de él hace mucho tiempo. La visión de la familia, según Gustavo Vitale, es que el estado se acordó tarde de la figura de Benito Marianetti: “Yo tuve la oportunidad de hablar con las nietas y ellas dicen que Benito Marianetti había sido, hasta el momento que comenzaron los rumores de la venta, olvidado, negado e invisibilizado. Entonces que no veían bien pelear por la casa cuando antes no se había peleado ni por la casa ni por la figura de Benito Marianetti. Y fue ese motivo, ese enojo, por el cual ellas decidieron no escuchar los pedidos y los intereses que habíamos tenido en este último tiempo y vender la casa”.
Este edificio tenía un valor muy importante por ser la histórica casa que habitó Benito Marianetti, escritor, abogado y dirigente del Partido Comunista, considerado uno de los intelectuales más importantes de Mendoza en el siglo XX. Además, la vivienda fue construida en 1936 y es obra del arquitecto Raúl Álvarez (quien realizó el Hospital Español), por lo que también tenía un gran valor arquitectónico para la Provincia.
Gustavo Vitale dijo que esto le genera mucha tristeza y que cuando no hay algo físico, una casa o algo concreto, se hace difícil recordar porque termina quedando solamente la memoria intangible. “En este caso yo creía que pelear por la casa de Benito Marianetti, mantenerla en pie, permitía justamente que la obra y su vida tuviera más elementos concretos para la memoria”. Y concluyó: “Es una lástima que sucedan este tipo de situaciones en la Provincia, no solamente por la casa de Benito, sino por muchos otros lugares patrimoniales, porque yo estoy seguro que eso ayuda al olvido. Todos los días nos levantamos para dibujarnos el rostro, porque cada vez que sucede algo así es como que borran una parte de nuestra identidad, entonces hay que volver a dibujarlo. Eso agota y debilita a la sociedad”.
En el mismo sentido se refirió Alejandro Frías: “En la medida en que se pierden esos espacios o no se hace el trabajo de recuperación se pierden referentes y símbolos culturales. Yo creo que lo que queda ahora es reforzar la figura de Marianetti a través de su obra”.
Benito Marianetti fue parte fundadora de La Liga Argentina por los Derechos del Hombre es una asociación que fue fundada en Buenos Aires, en una asamblea realizada en los salones del diario Crítica el 20 de diciembre de 1937 y es “reconocida unánimemente como la primera experiencia histórica en materia de agrupamiento de reconocidas personalidades y militantes en defensa de la legalidad constitucional“ en el país.
La Liga Argentina por los Derechos del Hombre nace como un espacio plural en el que conviven distintas vertientes del pensamiento democrático y progresista, lo que se reflejó en la elección de sus primeras autoridades: Lisandro de la Torre, senador por el Partido Demócrata Progresista, como presidente del Consejo Consultivo y Mario Bravo del Partido Socialista como presidente de la Junta Ejecutiva Nacional, más Carlos Sánchez Viamonte y Juan Atilio Bramuglia, también del Partido Socialista, Fabián Onsari, y el coronel Atilio Cattáneo de la Unión Cívica Radical, Francisco Mario Pita y Augusto Bunge , del Partido Comunista, Rodolfo Aráoz Alfaro y Benito Marianetti , del Partido Socialista Obrero y Deodoro Roca, uno de los impulsores de la Reforma Universitaria de 1918.
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