El problema de las enfermedades infecciosas como la covid-19 no es asunto de una sola nación o incluso de un pequeño grupo de naciones. Es global.
El país indú reportó un récord mundial de nuevos casos diarios confirmados por quinto día consecutivo el lunes. En total, India confirmó casi 17 millones de infecciones y 192.000 muertes desde que empezó la pandemia. Es muy probable que estas cifras estén por debajo de la realidad porque es difícil realizar mediciones y registro de los contagios y fallecidos. No hay un panorama alentador hasta el momento debido a la cantidad de contagios y propagación del virus.
El tamaño de la población en India, el dramático aumento de casos y muertes es lo que causa tanta preocupación. Donde hay mayor peligrosidad es en Nueva Delhi, donde la situación es grave. Allí no quedan camas de unidad de cuidados intensivos (UCI, -lo que en Argentina se llaman UTI-) y los hospitales están colapsados ante un aumento sin precedentes de infecciones por coronavirus con crematorios que funcionan las 24hs. Los familiares de los difuntos deben esperar horas para la cremación y hasta deben llevar su leña. El gobierno ha autorizado la tala de bosques para obtener combustible.
La crisis en India y su impacto en el mundo
En febrero, cuando las muertes por covid-19 diarias eran de unos cientos y los casos nuevos por día oscilaban alrededor de 12.000, muchos en India tenían razones para creer de que el país había logrado escapar de lo peor de la pandemia.
Pero poco a poco comenzaron a ver cómo los contagios reportados aumentaban, llegando a superar los del punto más alto de la primera ola (93.000 por día). Así se llegó a la crisis actual, tan fulminante que se pasó de 200.000 infecciones confirmadas a mediados de abril a más de 350.000 esta semana.
Las muertes también se multiplicaron. Un promedio de 2.336 personas murieron diariamente en la semana que concluyó el 25 de abril, el doble de los fallecimientos en la peor parte de la primera ola.
Mientras India sufre por esta última ola, China, EE.UU., gran parte de Europa occidental y partes de África y del sudeste asiático registraron una disminución de las muertes durante las dos semanas anteriores al 25 de abril. Hasta que una población tan grande no se vacune con éxito, India representa un riesgo para todo el mundo.
Muchos hospitales están rechazando a nuevos pacientes y ya escasean los suministros de oxígeno. Los familiares de infectados piden en redes sociales ayuda para conseguir espacio en hospitales, suministros de oxígeno y ventiladores. Los laboratorios también están saturados y los resultados de las pruebas demoran hasta tres días en entregarse.
Todo esto hace que las condiciones en India sean muy malas noticias para la lucha global contra la covid-19. La cantidad de población y su alta densidad, son condiciones ideales para la mutación, explicó Ravi Gupta, profesor de microbiología clínica en la Universidad de Cambridge, lo que alargaría la pandemia en el mundo, incluso con personas vacunadas.
«Nadie está a salvo, hasta que están todos a salvo»
El problema de las enfermedades infecciosas como la covid-19 no es asunto de una sola nación o incluso de un pequeño grupo de naciones. Es verdaderamente global en sus implicaciones. Por eso se repite casi como un mantra ««Nadie está a salvo, hasta que están todos a salvo».
Si bien India tiene la mayor campaña de vacunación del planeta y se estima que alrededor de 118 millones de personas recibieron una primera dosis hasta abril, representando menos del 9% de la población; se trata de una tarea dantesca de inmunización atravesada por la logística e infraestructura del país, que debe ser amplia y ágil.
Reino Unido y Estados Unidos están colaborando, mientras que India ejecuta un programa de inmunización masiva, produce el 60% de las vacunas del mundo y es el hogar de media docena de fabricantes importantes.
Como han dicho los funcionarios de salud pública y los políticos desde los primeros días de la pandemia: «Nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo».
