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Alumnos de Perdriel editan libros

Esta semana se realizó en el Colegio María Auxiliadora de Perdriel, la presentación de tres libros editados por los alumnos de segundo año.

La profesora Rosa García Sanchez, de 2°1° y 2°2°, del Colegio María Auxiliadora de Perdriel, junto a la profesora Mariela Ruggeri de 2°3°, trabajaron un proyecto literario durante el año que concluyó en diciembre con la presentación de un libro por curso.

Aproximadamente 75 jóvenes del Colegio escribieron y publicaron tres libros: Hoy estuve pensando…, El último vuelo juntos y Recuerdos de un poeta adolescente. Desde inicio de año,  los alumnos y los padres firman un consentimiento para trabajar en esta modalidad, que ha logrado resultados concretos. La financiación se realiza mediante los aportes de las familias.

Las portadas de los libros son  dibujos realizados también por los alumnos, con asesoramiento de la Profesora Nora Leguizamón.

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¿Por qué realizar este proyecto educativo?

La profesora Rosa García Sanchez, explica que cuando se le plantea a los alumnos problemas retóricos que no son reales, «se hace de cuenta que…», es decir se simulan situaciones que no son reales. Sin embargo el proyecto busca algo real y tangible desde comienzo de año. En formato de Taller de Producción Escrita, los alumnos  realizan producciones de escritura que son luego seleccionadas para incluirse en un libro.

El proyecto surgió en el año 2014, tratándose de dos libros «Los jóvenes y la literatura» y «Experiencias literarias». El libro fue muy aceptado por los mismos alumnos, y ha sido expuesto en Congresos en Morón, Palermo, Bariloche principalmente.

Fue emocionante ver cuando los alumnos recibieron sus libros y firmarlos, en el asombro y la alegría de una pertenecia social que no tiene fin, dice García Sanchez.

La segunda edición

En la segunda edición en 2015 se suma la profesora Mariela Ruggeri, de 2°3°, con quien aprendimos a trabajar en conjunto desde las improntas personales en la lírica y los cuentos realistas.

El año pasado hubo una impasse. Mientras que este año, se buscaba el terror, lo extraño, los miedos, leyendas urbanas, brujas y sobre eso se escribió, dice la profesora García Sanchez.

El género poético se comenzó a trabajar en la primavera, inicialmente con un proceso de sensibilización hacia afuera, mediante la observación y mirar un objeto que les gustara a los jóvenes y con lo que sentirse compenetrado, hojas, olores, cielo, hormiga.

El segundo trabajo de sensibilización se realizó hacia adentro, donde también se salió al campo de la escuela, y los alumnos escribieron sobre sus sentimientos. «Tienen que mostrar desde lejos que escribieron algo y si quieren lo pueden compartir», dice García Sanchez, respetando siempre la privacidad de los alumnos.

En una tercera etapa se trabajó en Taller Literario, mediante la búsqueda de palabras, metáforas y comparaciones.

«Escribir poesía es escribir en clave», y los alumnos se descubren en ese género, agrega García Sanchez.

La presentación

Se trabajó con formato de aula virtual para dar forma a los libros, mediante Book Trailer para sistematizar el material. Las TICs fueron muy bien recibidas y los alumnos hicieron parte del trabajo propio de la editorial.

En la presentación se trabajó la reseña y se hizo la exposición con los alumnos y sus familiares. La profesora destacó el compromiso de los alumnos y sus familias, cuando ya han finalizado las clases. La Fundación de la escuela realizó un ágape. También estuvieron presentes los referentes del Programa «La escuela escribe bien» de la DGE.

Prólogo de uno de los libros 2017

Los jóvenes pueden decir lo que les pasa, soltar al viento las palabras, es dejar que otros conozcan de nuestra historia de nuestros amores, soltar para que vivan en el tiempo, dejar ir lo que está adentro. Las venas del alma se hacen transparentes a los ojos de los otros cuando les decimos lo que tenemos guardado en nuestras profundidades.

El acto de escribir es tan humano como el hombre mismo, nacen ideas que toman formas representativas, muchas veces el ser humano siente que hay tantas cosas inefables en su vida, que a veces las palabras son insuficientes para decir, que surgen las metáforas, las asociaciones, las imágenes.

Los escritos de esos jóvenes tienen mucho de eso, los trabajos surgen de las mañanas de trabajo en el aula y en el campo del Colegio. Ha sido un placer verlos salir y en búsqueda de la poesía, encontrarlos. Verlos vislumbrar sus emociones y entregarlas. Emociones que deben disciplinar, ordenar y hacer que obedezcan y otras, solo deben dejarlas ser.

El proceso de escritura tiene mucho que ver con eso, con poder decir las cosas que suceden.

La experiencia contada por los autores

«Publicar mis poemas en un libro significa poder expresar mis sentimientos y pensamientos, y así compartirlos para quienes los lean, puedan sentirse identificados y entiendan lo que quise contar. Fue una experiencia que me hizo sentir libre para escribir lo que sentía. También descubrí que al hacerlo, me siento muy bien». Alumna Simó.

«Para mí fue una experiencia muy linda, escribir en el libro y poder participar. Escribir poemas no me gustaba. No lo veía como algo divertido, pero descubrí que tomando un lápiz y una hoja, podía expresar lo que sentía, sin importar si estaba bien o no, buscando palabras que conectaran entre sí para que sonara bien. Escribí un cuento sobre las mujeres, porque a veces a las mujeres, nos dá miedo salir pensando ¿quién será la próxima en morir o en estar secuestrada?. El último poema se basa en la sociedad, en la que tenemos que salir a expresar lo que nosotros sentimos y no estar escondidos detrás de una pantalla», alumna Fredes.

 


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