El hecho ocurrió el miércoles 14 y el delincuente juvenil conocido como Poronguita debió ser internado por los puntazos que recibió. Un amigo también fue atacado. Se trata de broncas entre sectores de “San José” que se trasladaron a San Felipe. El caso llegó a la Justicia.
El Poronguita o Poronga chico es un pibe conflictivo. Su apodo lo heredó de un hermano mayor, Juan Exequiel Gómez, quien en el 2016 fue condenado a 10 años de cárcel por secuestrar con su banda al hijo de la narco conocida como la Belén.
Se llama Nazareno y nació el 29 de abril de 1997. Tenía base en el barrio Belgrano de Las Heras pero ganó notoriedad a fines del año pasado cuando subió un video a su perfil de Facebook mostrándose con una pistola de grueso calibre y amenazante con su rivales en la zona de San José, en Guaymallén.
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La mañana del 11 de diciembre lo detuvieron después de cometer un asalto y lo mandaron al pabellón de jóvenes-adultos de la penitenciaría de San Felipe.
Este delincuente juvenil volvió a ser noticia en las últimas horas por otro video de dos minutos y 54 segundos que un grupo de reos grabó en el pabellón número 6: esta vez, la víctima fue él y un amigo del citado distrito guaymallino.
Los arrinconaron y atacaron con armas de fabricación casera y golpes de puño. Los dos salvaron su vida de milagro gracias a que el personal de Servicio Penitenciario ingresó al módulo y los rescató.
Estaban llenos de sangre y suplicando por su vida. El Poronguita Gómez debió ser internado en el Hospital Central por los graves cortes que presentaba.
Las imágenes son impactantes. Demuestran el salvajismo y la brutalidad con la que se mueven estos personajes con armas tumberas en la penitenciaria. Los pesquisas consultados creen que se trató de una venganza por el corto video que se filmó el Poronguita, donde amenazaba a sus rivales.
Dramático
El hecho ocurrió el miércoles 14 por la tarde y el Poronguita Gómez y su amigo, identificado como Rodrigo Sebastián Echevarría (20), fueron separados de ese pabellón. Las imágenes llegaron a las autoridades del Servicio Penitenciario a las pocas horas e identificaron a los agresores.
Se trata de personajes de San José con quienes, se sospecha, el Poronguita mantenía algún tipo de rivalidad (ver aparte). En la filmación se observa que las víctimas se defienden de los ataques y piden por favor que los dejen vivir.
Se defienden como pueden ante la agresividad de más de 6 reclusos que demandan que se pongan de rodillas. Se escuchan frases como: “Pedime disculpas a todo San José” (la localidad donde el Poronguita cometió algunos hechos); “Chorros”; “Pedile perdón a mi hermana, a todos los pibes del Boli (por el club Atlético Argentino), al Ema” y “Somos de San José”, entre otras.
Tras el caso, el Servicio Penitenciario realizó la denuncia correspondiente y la Justicia analizaba qué tipo de imputación correspondía.
Final
A fines del año pasado, días después de que se conociera el video amenazante del Poronguita Gómez, trascendió que había perpetrado un par de asaltos y que se había refugiado en una casa de calle Alberdi de San José.
Hasta allí fueron los policías del GES y de otras áreas policiales. Hasta el helicóptero de la fuerza monitoreaba la situación. Reinaba la tensión y se creía que el joven estaba escondido en la vivienda. Después de un par de horas, los efectivos decidieron ingresar.
Sin embargo, ya no había nadie en la casa. El joven Poronguita había escapado. Lo detuvieron a las pocos días y fue enviado a prisión. En condición de encierro no paró de subir fotos en su perfil de Facebook y mostrarse agresivo.
Es más, en una de las imágenes se lo ve con cortes tumberos en su brazo izquierdo.
Identificados
Gracias a las imágenes, que fueron subidas a un perfil de la red social, los investigadores identificaron a los agresores.
Se trata de uno que se filma “tipo selfie” y afirma que son los pibes “de San José” y otro que hiere con la chuza a las dos víctimas.
La responsabilidad judicial podría ser mayor para ellos debido a que en la grabación los agresores les roban las pertenencias a Gómez y a Echevarría. Les exigen que entreguen las zapatillas y también cadenitas y anillos.
Fuente: El Sol
