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Aun con plata del FMI, el mercado no cree en el plan de MM

El objetivo del Presidente era recuperar la confianza, mostrando capacidad financiera. Pero la reacción fue un agravamiento de los índices financieros.

Es posible que haya sido el peor día para el Gobierno en sus dos años y ocho mesesde gestión: una nueva señal destinada a traer calma y restaurar la confianza recibió el peor rechazo por parte de los mercados. Y dejó la sensación de que el margenpolítico del macrismo se achicó dramáticamente.

La Vene Vistalba

El dólar trepó 7,6% en una sola jornada y terminó vendiéndose a $34,50 en el Banco Nación. En simultáneo, se desplomaron los bonos de la deuda pública y también el valor de las acciones argentinas que cotizan en Wall Street, que son de las compañías más grandes y representativas del país.

También se dispararon los seguros contradefault (CDS), ante el temor de los financistas de que el país no pueda honrar los vencimientos de la deuda.

Lo más grave de este escenario de terremoto financiero fue que sucedió en la misma jornada en la que Mauricio Macri anunciara un acuerdo extraordinario con el Fondo Monetario Internacional, que consiste en un adelantamiento para 2019 de los fondos comprometidos para más adelante.

Es decir, ante un mensaje cuyo explícito objetivo era disipar cualquier sospecha sobre problemas para pagar la deuda, la respuesta del mercado fue la de demostrar una desconfianza aun mayor.

La medida -delantada por iProfesional el último 6 de agosto- fue escuetamente anunciada por el jefe de Estado en un mensaje de tan sólo un minuto y 42 segundos: afirmó que esa iniciativa serviría para «fortalecer la  confianza y retomar el sendero de crecimiento lo antes posible».

Y que consistía en «adelantar todos los fondos necesarios para garantizar elcumplimiento del programa financiero del año próximo». Fuentes oficiales dejarontrascender que implicaría que en 2019 estarán disponibles los u$s29.000 millones del préstamo del FMI que estaban previstos originalmente para 2020 y 2021.

A primera vista, eso debería tener el efecto de un calmante potente. A fin de cuentas, si lo que generaba dudas era la falta de dólares, el anuncio apuntaba justamente agarantizar que no habría problemas de caja.

Pero quedó en evidencia que los inversores están haciendo otra lectura: no tomaron el mensaje de Macri como una muestra de fortaleza sino de debilidad  política. Y sólo ven un escenario decomplicaciones a futuro.

Pulgar para abajo

En un contexto en el que el mercado reacciona mal cuando Macri trata de llevar calma por la vía de mostrar capacidad financiera, la pregunta que empezó a flotar en el ambiente político y empresarial es qué tipo de medida hace falta para cambiar el humor. Si es que aun queda margen para ello, porque hay operadores en la City que consideran que se pasó un punto de no retorno.

“Wall Street le bajó el pulgar a Macri”, fue la lectura inmediata en los centros financieros.

A tal punto que desde varios bancos internacionales y fondos de  inversión extranjeros comentaron a iProfesional que habían recibido llamadas  urgentes de sus clientes para conocer detalles y los motivos de semejante corrida.

“Estamos sorprendidos por la crudeza de la corrida. Por la magnitud de ladesconfianza en la Argentina”, describió el representante de uno de esos fondos deinversión ante una consulta de iProfesional.

Una explicación que ensayaban estos operadores es que se considera casi descartadas las chances reelectorales de Macri, lo cual pone una cuota de incertidumbre política para 2019, y en ese contexto los inversores prefieren el repliegue. Se escucharon también críticas en el sentido de un error de diagnóstico por parte del Gobierno: de hecho, nunca estuvo en duda la capacidad para pagar los vencimientos de deuda, sino que los interrogantes radicaban en la visión del rumbo económico, y eso no ha sido modificado.

Es en ese contexto que la nueva corrida del dólar es percibida como una reacción lógica: la respuesta clásica en cada crisis argentina, ante la falta de decisión política para un ajuste estructural.

Hay, por otra parte, una sensación de «rendimiento decreciente» en los anuncios demedidas oficiales y en los intentos de generar  certidumbre.

Desde finales de abril a esta parte ya hubo varios pronunciamientos dando por terminada la corrida, e incluso el Gobierno ya jugó su «bala de plata»: el acuerdo con el FMI, que ahora fue reformulado para captar la confianza de los inversores.

Pero nada de eso sirvió. Ni siquiera cuando el anuncio fue encabezado por elmismísimo jefe de Estado.

«Ahora, lo más importante es que el Banco Central contenga la corrida. Que estabilice el mercado», señalaron desde un banco de inversión.Algunos economistas empezaron a advertir que con el dólar en estos niveles, y desbocado, la presión inflacionaria podría espiralizarse. En el atardecer del miércoles, un reconocido mayorista de alimentos ya había recibido el alerta de varios proveedores de que se suspendían las entregas hasta nuevo aviso.

Wall Street también sigue de cerca los movimientos políticos del Presidente. A esta altura, la cuestión refiere a si Macri dará un vuelco a su estrategia y convocará finalmente a un gran acuerdo político para hacer frente a la complicadísima situación económica y social.

El escenario político formó parte de los análisis, en medio de la intensificación de lacorrida. Justamente, uno de los interrogantes que dejó el anuncio presidencial fue sila Argentina tendría solvencia para afrontar los vencimientos de deuda de largoplazo.

Es decir, que si bien el FMI adelantaba los fondos para abonar los compromisos del año que viene, la gran incógnita pasaba para 2020. Posiblemente con otro gobierno. Un artículo en el Financial Times, planteando esas dudas para el escenario 2019 y2020, tuvo gran repercusión entre los analistas y operadores de Nueva York.

Por eso mismo, en el atardecer neoyorquino, algunas voces se alzaban parareclamarle al Gobierno un «plan de estabilización», que logre anclar las expectativas.

La intensificación de la corrida dejó la sensación de que el Gobierno ha perdido elrumbo. Que parece no tener reacción y que, en definitiva, persigue a la crisis desdeatrás.

Además, que de una situación tan delicada se logrará salir con un amplio acuerdopolítico. Y con un plan económico.

Lo que no gustó

Las críticas no sólo fueron sobre la política económica propiamente dicha, sinotambién de forma respecto de cómo se ha manejado la comunicación política.

En Wall Street se escuchan voces categóricas de lo que no gustó de ese mensaje delPresidente. Después de todo, fue pensado exclusivamente para calmar a losoperadores:

1.- De apenas 1’42”, el anuncio no contuvo ningún detalle del nuevo acuerdo con el FMI

2.- El tono volvió a ser pretendidamente distendido, casi como el de discurso decampaña, y nuevamente atribuyendo la «tormenta» financiera a factores externos

3.- Hubo un reconocimiento de debilidad por parte del Presidente, quien admitió lafalta de confianza de los inversores en la economía del país

4.- No hubo ninguna mención a si contendría algún condicionamiento adicional porparte del organismo. Después de todo, se trataría de adelantar dinero que, segúnestaba pautado, sólo llegaría al país en cuotas trimestrales, y a condición de que laArgentina cumpla con las metas fiscales, monetarias y de inflación

5.- Mientras tanto, el Banco Central continúa sacrificando reservas. Este miércolesbajaron u$s396 millones. En los tres primeros días de la semana, perdió u$s1.056millones (ya se encuentran en u$s54.300 millones)

En ese contexto, ocurrió lo inevitable: el ámbito político volvió a ser un hervidero derumores sobre cambios de nombres en el Gabinete. Para empezar, se volvió sobre eldebatido tema de si se debe sustituir el actual esquema de «mesa chica» y decisionesatomizadas por el clásico «superministro» que concentre el poder de las decisiones. El ex titular de Hacienda, Alfonso Prat Gay, insistió sobre la cuestión durante unaentrevista televisiva el martes a la noche.

«Para ordenar esta economía, que es un quilombo, necesitás un ministro deEconomía. Si no hay un responsable que tenga la visión general, se nos van a ir losdesequilibrios. Si se elige el camino del gradualismo, exige un monitoreo», sentenció.

Los nombres de Nicolás Dujovne y, sobre todo, del jefe de Gabinete Marcos Peña, son por estas horas los blancos de las especulaciones políticas. Mientras tanto, elmercado se prepara para nuevas jornadas nerviosas, con la tónica de otro escenarioconocido: nadie quiere vender dólares y el sector público aparece como el únicooferente.

El escenario sigue propicio para nuevos deslizamientos del tipo de cambio, lo cualpor un lado cumple la expectativa de un ajuste -aunque sea «por las malas», al licuaren dólares el gasto público-. Pero, por otra parte, la inestabilidad agrava elenfriamiento económico y pone una cuota de nerviosismo político.

En su peor momento, el macrismo busca superar la desconfianza de un mercado que -páradójicamente- ya no cree en discursos «market friendly».

Fuente: iProfesional


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