La pauta de inflación del Gobierno y el FMI proyecta un promedio mensual del 4,5% hasta fin de año.
El cálculo del Gobierno y el FMI considera la corrección de precios relativos pendientes, un incremento del 2% en el dólar oficial y la vigencia del cepo cambiario, factores que dificultan una reducción más rápida de la inflación.
Nicolás Posse, jefe de Gabinete, adelantó en el Senado que la inflación anual esperada es del 139,7%. Con una inflación acumulada del 71,9% hasta mayo, se necesitaría un promedio mensual de 4,5% en los próximos siete meses para alcanzar esta cifra.
Sin embargo, las proyecciones del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central sugieren un rango de entre 5,2% y 4,5%.
En junio, el índice de inflación se ubicará por encima del promedio esperado, afectado por el aumento de tarifas. Mientras que en mayo la inflación fue del 4,2%, se espera que la de junio sea mayor, con estimaciones privadas que oscilan entre 5,2% y 6%.
La consultora EcoGo proyecta una inflación de 6,1% para junio, principalmente impulsada por el aumento en alimentos.
El impacto del dólar oficial, que sube un 2% mensual, y el cepo cambiario son barreras para reducir la inflación. Aunque los precios de productos importados cayeron un 2,1% en mayo, los productos nacionales compensaron con un aumento del 4,2%, resultando en una inflación mayorista del 3,5%.
La reducción del impuesto PAIS podría ayudar a contener la inflación. La disminución de 10 puntos en este impuesto reduciría costos para importadores, lo que podría quebrar la inercia inflacionaria en un contexto de caída del consumo.
Analistas señalan que mientras el cepo cambiario persista, será difícil llevar la inflación por debajo del 3% mensual.
La expectativa constante de devaluación y la brecha cambiaria son factores que mantienen la presión inflacionaria, impidiendo una reducción más acelerada.